miércoles, 17 de diciembre de 2008

CAMINANTE DEL DESIERTO

Pasos, pasos, más pasos
calzados de caliche, sal y sílice
renunciando a fugaz chusca
por soplo ardiente barrida.
Avanzan al tono exhausto
de obrero con pilcha sudorosa,
entrañas de pampa violenta
y rostro acuñado por el sol.
Busca el polo de su hálito
con brújula cerebral,
y el Norte en sus pupilas
caldeadas de amargor.
No hay nubes en su horizonte
que sosieguen la fatiga,
ni brisa para callar su rabia
de proscrito trabajador.

* * *
Juan Carlos García Araya (42)
Rapsodas Fundacionales
Arica, 7 de Septiembre de 2008

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