Caminaba mi rumbo imperturbable
convencido que todo estaba determinado
que la pasión se había apagado,
y en una vuelta de la vida… lo impensable.
¿Y cómo pudo ocurrir
que en el otoño de mi vida
lo que imposible creía
pudiera de nuevo sentir?
Resplandor que iluminó mi corazón
cuando tenía la puerta cerrada
esa juvenil desposada
con su luz liberó mi prisión.
Tal sol reflejado en el mar
despertó mi espíritu dormido
pero debería haber comprendido
que nada podía esperar.
¿Qué mágica fórmula aplico para olvidarla?
Si llena cada segundo de mi existencia
mi razón se agita en su presencia
y sólo puedo soñar con abrazarla.
Condenado a la soledad y un día
cultivaré su recuerdo eterno
hasta que llegue esa noche fría
del interminable invierno.
* * *
convencido que todo estaba determinado
que la pasión se había apagado,
y en una vuelta de la vida… lo impensable.
¿Y cómo pudo ocurrir
que en el otoño de mi vida
lo que imposible creía
pudiera de nuevo sentir?
Resplandor que iluminó mi corazón
cuando tenía la puerta cerrada
esa juvenil desposada
con su luz liberó mi prisión.
Tal sol reflejado en el mar
despertó mi espíritu dormido
pero debería haber comprendido
que nada podía esperar.
¿Qué mágica fórmula aplico para olvidarla?
Si llena cada segundo de mi existencia
mi razón se agita en su presencia
y sólo puedo soñar con abrazarla.
Condenado a la soledad y un día
cultivaré su recuerdo eterno
hasta que llegue esa noche fría
del interminable invierno.
* * *
Juan Carlos García Araya (2)
Rapsodas Fundacionales
Arica, 9 de Enero de 2007
Rapsodas Fundacionales
Arica, 9 de Enero de 2007
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