jueves, 9 de septiembre de 2010

EL ONCE A LAS ONCE



Arica amaneció como los días anteriores: en estado de emergencia y militares en las calles. Por eso no me sorprendió verlos. Estudiante a la época de la Universidad de Chile, sede Arica, cerca de las ocho de la mañana nos juntamos a estudiar con un amigo en su casa en la Población “Venceremos”.
A las once salí a la calle acompañado del Tevo y al llegar a la esquina una camioneta conducida por un amigo se detuvo y nos informó emocionado del golpe de estado. Quedamos impactados.
Subimos al vehículo. Una angustiada mujer nos hizo parar. Llorando nos pidió que trasladáramos a su marido al hospital. Había sufrido un infarto al escuchar la noticia de la muerte del Presidente Allende. Nuevamente quedamos impresionados ¡El Chicho muerto! ¡Esto ya no tenía vuelta atrás!
Pusimos al hombre en la cabina y nosotros nos encaramamos en la parte trasera. Partimos rápidamente. Patrullas militares nos detuvieron. Con voz entrecortada explicamos que llevabámos un enfermo grave a la posta. Nos dejaron seguir. Continuamos hasta el cruce ferroviario, otro alto, un grupo de Carabineros. Control de identidad. Volvimos a explicar que conducíamos a un moribundo. El oficial dudó algunos momentos, finalmente dejó proseguir la camioneta con sólo el chofer y el enfermo tirado en la carrocería, el resto, cada cual partió por su lado.
¿Qué pasó con ese hombre? ¿Sobrevivió, falleció? ¿Cómo se llamaba? Durante más de treinta años me lo he preguntado y aún no obtengo respuesta.

*  *  *

Juan Carlos García Araya

Arica, 11 de Septiembre de 2003

LA INDEPENDENCIA DE CHILE EN EL CINE

En pocos días más Chile celebrará su segundo centenario desde la formación de su primer gobierno y posterior independencia. Así como en otros aspectos, esta es una buena ocasión para recordar y realizar un balance acerca de los hechos de nuestra independencia llevados a la pantalla grande en la cinematografía nacional o extranjera.
El inicio de la mayoría de las cinematografías nacionales a sido a través del  género histórico. En Francia, en 1897 Georges Hatot filmó por encargo de los hermanos Lumière las primeras reconsti-tuciones históricas, "Robespierre", "Marat" y "Charles XII" entre otras. En 1898 Georges Meliès realizó "El proceso Dreyfus". En 1914, en Italia se rodó "Cabiria" dirigida por Giovanni Pastrone. En los Estados  Unidos David Wark Griffith filmó "El Nacimiento de una Nación" y en 1916 "Intolerancia". Mas adelante y con el correr de los años estos y otros países continuarían utilizando  SUS hechos históricos como elementos dramáticos, según la visión de cada director, para sus realizaciones.
         
EL CINE Y NUESTRA INDEPENDENCIA
         
En nuestro país una evidencia salta a la vista: existen muy pocas películas inspiradas en hechos históricos nacionales y sólo TRES  basadas en  el período de nuestra Independencia y todas tienen como personaje central la figura de Manuel Rodríguez, el  legendario guerrillero.
El primer film titulado "Manuel Rodríguez"  se realizó en 1910 y fue dirigido por el conocido profesor de declamación y  veterano de la Guerra del Pacífico, don Adolfo Urzúa Rosas (1864-1937), por encargo de la Compañía Cinematográfica del Pacífico. Fue, además, la primera película argumental chilena. Poco se sabe de esta producción, basada en la obra "Durante la Reconquista" de Alberto Blest Gana, y que fue estrenada el 10 de septiembre de 1910 en el Teatro Unión Central de la capital. Según una crónica de Antonio Acevedo Hernández, autor teatral y también director del cine chileno,  la cinta tuvo como protagonista a Nicanor de la Sotta en el  rol de Manuel Rodríguez, acompañándole en los papeles secundarios, actores como Francisco A. Ramírez, Filomena Flores y Carlos Prats. La prensa de la época asegura  que tuvo  "mucho  éxito", pero no agrega nada mas.
"Manuel Rodríguez", la segunda producción, se rodó en 1920  y fue dirigida por el actor y director argentino Arturo Mario. Se estrenó en Santiago el 18 de mayo de 1920 en el Teatro Alhambra y también tuvo una buena acogida de parte del público nacional. Estaba  protagonizada por el conocido actor y poeta Pedro Sienna. En los roles secundarios participaron María Padin, Isidora Reyé, Aurora Salas, Clara Pérez, Arturo Mario,  Nicanor  de la Sotta y  Juan Pérez Berrocal, como el bandido  Neira.
El relato constaba de 8 episodios en 1.900 metros de película. Entre ellos se destacan el fusilamiento del Capitán San Bruno, algunas anécdotas del popular guerrillero chileno y la actuación del bandido Neira. Los titulos intercalados entre las escenas fueron escritos en versos por Pedro Sienna.
Su realización requirió una gran labor de contenido histórico, los uniformes militares y armamentos fueron confeccionados a partir de los modelos proporcionados por el Museo Histórico Nacional y los trajes civiles fueron tomados del Album Geográfico de Chile del sabio francés Claudio de Gay. Además, por primera vez, se construyó un decorado real que representaba la fachada de la antigua Catedral de Santiago.
Pero sin duda la versión que tuvo mayor éxito fue "El Húsar de  la  Muerte"  de 1925, la tercera película sobre Manuel Rodríguez. Realizada y protagonizada por Pedro Sienna en el rol del guerrillero, hoy  pertenece a los  clásicos  del cine chileno  y es  catalogada  como  una de  las obras  fílmicas  más  interesante e importante de  nuestra  cinematografía.  Se estrenó el 24 de noviembre de 1925  en los teatros Brasil, Septiembre, Esmeralda y O'Higgins.
La trama gira en torno a las conocidas y populares correrías y episodios vividas por el guerrillero patriota durante el período más difícil de la lucha por nuestra independencia, la Reconquista. Cinematográficamente, la cinta es de una vigencia desconcertante, a pesar de su mudez y de su antigüedad. El lenguaje audiovisual utilizado por Sienna es de una calidad y de una expresión visual tan moderna que en ningún caso desmerece a los ojos del espectador del siglo XXI.
De una hora aproximada de duración, las secuencias se alternan mezclando la acción, con lo cómico y lo trágico.
Esta película es la única del período mudo del cine chileno que aún puede verse gracias a un gran trabajo de conservación patrimonial que se hizo al restaurarla en 1963 en el Departamento de Cine Experimental de la Universidad de Chile bajo la dirección del cineasta Sergio Bravo. Mas tarde, la Cinemateca de la misma casa de estudios, le incorporó música incidental concebida especialmente por el compositor Sergio Ortega. En 1996 se realizó un nuevo trabajo de restauración por encargo del Ministerio de Educación y se musicalizó con la obra compuesta por el músico Horacio Salinas.
Fue declarada “Monumento Histórico” por Decreto N° 742 del Ministerio de Educación de 13 de julio de 1998.

EN ARGENTINA

Algunos de nuestros episodios históricos de la Independencia de Chile sirvieron de inspiración a la cinematografía de la república argentina, cuya historia está íntimamente ligada a la nuestra.  En 1913 el director italiano Mario Gallo (1878-1945) realizó "La Batalla de Maipú" con la  actuacion  estelar de Enrique de Rosas.
El director Leopoldo Torre-Nilsson realizó en 1969 el film "El Santo de la Espada" que narra una parte de la vida militar del prócer José de San Martín abordando su importante actuación en el proceso de liberación de nuestro país. En esta obra actúan Alfredo Alcón como San Martín y Lautaro Murúa, actor chileno avencindado en Argentina, como Bernardo O'Higgins.

PROYECTOS ABANDONADOS

 Muchas producciones de ficción de corte histórico se prepararon para ser rodadas en nuestro país y quedaron, desgraciadamente en etapa de proyecto,  abandonados por  distintas  razones,  principalmente económicas.
En los años 50 un proyecto de realización cinematográfica sobre la  Independencia,  tenía a  Humphrey  Bogart como  intérprete de Bernardo O'Higgins. Algunos censores se alzaron contra la idea de que el Padre de la Patria fuera encarnado por un  extranjero, se quiso supervisar el  guión para  cuidar la imágen del Libertador por lo que la idea fue abandonada. Jorge Délano, "Coke" habría aprobado la idea manifestado que Humprhey  Bogart era "el único gringo  de  Hollywood que no  tenía  cara de  gringo".
 En 1967, la revista "Ecrán" anunciaba un proyecto fílmico sobre la vida de Manuel Rodríguez que sería  protagonizado por el cantante Antonio Prieto. Algunos años más tarde "Chile Films", bajo la dirección de Miguel Littin en 1972 tenía en  carpeta el rodaje de dos cintas históricas: "Balmaceda” y un "Manuel Rodríguez" cuya realización estaría a cargo de Patrico Guzmán, y que sería  interpretada  por  Alejandro Cohen,  pero la falta de medios obligó a cancelar esos proyectos.
En 1972, nuevamente se intentó llevar a cabo el propósito cinematográfico dedicado al popular guerillero. Esta  vez fue Alvaro Covacevic quién lo encabezaba, se  titulaba  "Manuel  Rodríguez, el guerrillero". El rol principal estaría a cargo del actor Marcelo  Romo, acompañado por  Nelson  Villagra  como el bandido  Neira, Tennynson  Ferrada encarnaría a  Bernardo O'Higgins, Fernando  Bordeau  a  Marcó del  Pont, más Mireya Kulczewski en el papel del amor imposible del guerrilero Rodríguez.

CONCLUSION

Muchos personajes de renombre  y talento han sido dejado de lado por el Séptimo  Arte chileno, así como sucesos importantes acaecidos en nuestro país. Nuestra historia y la vida política y social chilena son verdaderas minas a explotar. Aunque la película  histórica es una empresa ardua, porque recrear una realidad  pasada es  más difícil que  reflejar la realidad que tenemos delante, es siempre importante para un pueblo darle  vuelta a la Historia y a su propia historia para encontrar una enseñanza  social o política que podemos aplicar a nuestro tiempo. Nuestros cineastas deberían tenerlo en cuenta.

*  *  *


Juan Carlos García Araya



Londres, 15 de Junio de 2010

domingo, 5 de septiembre de 2010

LA PRIMERA PELÍCULA CHILENA SE ESTRENÓ HACE 100 AÑOS


         
            En 1910 el cine  se había convertido en un espectáculo que llegaba a  los rincones mas apartados del mundo, pero a partir de 1908 y hasta los inicios de  la Primera  Guerra  Mundial este consistiría principalmente, según algunos historiadores, en "teatro filmado", "cuyo único mérito es de atraer la atención de los círculos literarios y aristocráticos  sobre el cine[1]". Mientras que Georges Meliés, un ilusionista francés, incursionaba en otras vías inventando el Cine de diversión con sus variados trucos, el norteamericano David Wark Griffith, descubre nuevas posibilidades dramáticas, exclusivamente  visuales, como el "primer plano" y su compatriota Edwin S. Porter, antiguo operador de Edison, explora las posibilidades del "corte" para pasar de una escena a otra, creando, además, el "montaje paralelo". La técnica va así desarrollándose en beneficio de un nuevo lenguaje: el lenguaje cinematográfico.

La primera película argumental chilena

            A principios del siglo XX, en Chile el espectáculo cinematográfico era ya habitual para nuestros compatriotas. Las más importantes ciudades del país habían recibido, por lo menos una vez, la visita de este todavía novedoso invento. Incluso ya se había filmado escenas documentales de la vida corriente nacional siendo exhibidas con bastante éxito.
            Esto entusiasmó a algunos pioneros de nuestro cine que pusieron manos a la obra. Entre ellos el empresario Efraín Band propietario de la Compañía Cinematográfica del Pacífico ubicada en Estado con Huérfanos donde poseía un taller de reparaciones de fonógrafos.
            Hacia 1909 decide emprender el desafío de rodar la primera película argumental de la que se tenga conocimiento, "Manuel Rodríguez". Probablemente la idea de llevar a la pantalla grande las  hazañas del guerrillero fue  inspirada  por  los importantes preparativos de festejos del 1º Centenario de nuestra Independencia. Se anunciaban para aquella ocasión grandes manifestaciones y fiestas, por lo tanto aquella era una excelente oportunidad para estrenar el primer film argumental nacional, que además tocaba un tema  patriótico. El privilegio de realizarla le correspondió a Adolfo Urzúa Rozas[2] (1864-1937), conocido poeta, profesor de  declamación, dramaturgo, algo anarquista y veterano de la Guerra del Pacífico.
            De la manera como  se  llevó a cabo esta producción, el propio Urzúa Rozas lo relató en un artículo de la revista "Cine-Gaceta", órgano de los cinematografistas chilenos de esa época:

             "En 1909, el que escribe estas líneas fue contratado por la Compañía  Cinematográfica del Pacífico con “mil  pesos” mensuales para  formar un cuadro de artistas, para imprimir films de argumentos tomados de nuestra Historia Nacional, y se imprimieron dos series de los episodios del célebre guerrillero de la Independencia Manuel Rodríguez. La Compañía poseía un laboratorio de primer orden y aunque los artistas solamente tuvieron tres meses de preparación; la prensa y la crítica no tuvieron sino  palabras de alabanza para esta primera prueba, y aunque salió cara (como sucede siempre que se  empieza)  la película ya está  vieja a fuerza de exhibirla y ha dado a sus dueños  ”seis o  siete veces el valor de lo que costó.[3]"
            Una crónica del escritor, dramaturgo y futuro director del cine mudo nacional, Antonio Acevedo Hernández, publicada en la revista  "Sucesos" del 7 de enero de 1926 nos informa que participaron en esta primera producción nacional el actor Nicanor de la Sotta, en el papel de Manuel  Rodríguez, Francisco A. Ramírez, Filomena Flores y Carlos Prats.

El estreno

            El estreno de esta obra precursora se efectuó en una función a la que fueron invitadas diversas personalidades del espectáculo y periodistas de la capital. "El Ferrocarril"  del día 9 de septiembre de 1910 dio cuenta de esta invitación en su sección "Teatros":
                                   Compañía Cinematográfica del Pacifico
                    Hemos recibido la siguiente invitación:
"Invito a Ud. a una exhibición que tendrá lugar hoi Viernes del presente a las 3 P.M. en el Teatro Variedades “Biógrafo Kinora” de la reconstitución histórica de los episodios de Manuel Rodríguez interpretada por el cuadro dramático nacional de esta Compañía."
            A pesar de la importancia que adquiere hoy día dicho evento, en esos  años no se le otorgó mas que los párrafos publicados ya señalados,  contrastando con el gran despliegue publicitario que se efectuaba para las producciones  foráneas. Sin embargo,  "El  Ferrocarril"  en  su  edición del  día  siguiente, le da cierta trascendencia al hecho con las siguientes palabras:
                                                           Biógrafo Kinora
"Es sin duda,  una de las vistas  mas hermosas que se puede  ofrecer  al  público, por ser, en primer lugar, patriótica, pues recuerda los hechos mas emocionantes de la vida ajitada del guerrillero Manuel Rodríguez; y en  segundo lugar, por sus paisajes".
"La naturaleza privilejiada  de  este  país ha sido reproducida en la forma más feliz en la mencionada vista."
"Con esta estensa película se estrena la ejecución de esta clase de trabajos en el pais.[4]

            Estos  cortos  y  simples  conceptos  representan  la primera crítica  de  un  filme nacional. Tienen la tónica con que se comentaría, mas adelante, las otras producciones nacionales. Es decir, subrayando su carácter nacional y la reproducción, mas o menos bien  lograda, de los paisajes de nuestro país.  Nada se dice sobre los autores, los actores ni sobre la calidad de la obra. Importante frase la última que rescata la relevancia del  estreno.
            Un comentarista de "El Mercurio"  escribía a este mismo propósito,

            "Como primer ensayo de presentar en esa forma la historia es buena. Los paisajes han sido elegidos con cuidado y las escenas están representadas con corrección. Las mujeres que salen a besar la  imagen que lleva el lego deberían tener indumentaria menos cuidada. Hay soldados que hacen disparos sin cargar sus rifles, que debemos suponer son de chispas.  De todos modos la empresa acometida es digna de todo encomio.[5]"

            Este filme se estrenó comercialmente el 10  de septiembre de  1910 en el Teatro Unión Central, ubicado en el actual paseo Bombero Ossa en Santiago, con el éxito  ya consignado.          

Otros intentos

            A pesar del suceso encontrado por este filme, no hubo nuevos intentos de seguir el ejemplo del poeta Urzúa Rozas. Es sólo en 1914 que se produce el siguiente ensayo. Este fue llevado a cabo por el empresario francés Feidieu Vallade, un próspero comerciante en casimires. Vallade invirtió  parte de  sus ganancias en instalar los primeros estudios cinematográficos chilenos, "Estudios San Isidro" situados en la calle del mismo nombre de nuestra capital, creando además la compañía "Franco-Chilena Film".
            La revista "Zig-Zag"[6] destaca este intento en una crónica,

            "La fabricación de films nacionales.
"Con el desarrollo cada vez más creciente que ha tomado entre nosotros el cinematógrafo, ha surgido un problema de interés: la creación de la película nacional."
"Dos hombres empeñosos han tomado a su cargo  la tarea  de resolverlo y,  dentro de poco, nos será dado presenciar en teatros de la capital, el   desarrollo de cintas exclusivamente confeccionadas con elementos  chilenos. Se debe esta novedad, que remueve un poco la inercia santiaguina, a Monsieur Victor Vallade,  en el caracter de  técnico, y al conocido profesor de declamación, don Adolfo Urzúa Rozas."
"La intentona no puede ser  más simpática. Es innegable, sin  embargo, que los iniciadores de este progreso artístico industrial tendrán que luchar contra todos los inconvenientes de una empresa, cuyos elementos entran a actuar por primera vez."
"El público no tiene idea  del  sinnúmero  de dificultades  que  es  preciso  vencer  para  obtener una  película de argumento preconcebido,  no la vulgar película de simple información sobre un suceso de actualidad."
"Desde luego, el actor cinematográfico requiere de ciertas cualidades  especiales,  generalmente intuitivas, y así como no sería raro que, en el cuadro dirigido por el señor Urzúa Rozas, nos sorprendiera algún Max  Linder chileno en el género cómico o algún otro en la actuación  dramática."
"Sin  duda alguna la empresa intentada por la Franco-Chilena  Film  Co. - que así se llama la nueva industria - es un progreso que debe aplaudirse."
            En  los  estudios  del  señor  Vallade,  se  comenzó a   ensayar  en 1914,  un argumento de comedia cómica escrita  por Adolfo Urzúa Rozas, que llevaba por título "El Violín de Inés" con participación de  "jóvenes y señoritas"  novatos en la  actuación:  Clemencia Venegas,  en el rol de Inés y Alberto Díaz en el de Mimilo. Una nota de "Chileno" publicado en "Cine-Gaceta"[7] dice, a propósito de los protagonistas,
"Mimilo está destinado a ser el Max Linder Chileno, pues su gracia  fluye con la misma naturalidad que  la del  rey de  la  risa. Inés no  tiene menos vis  cómica  que su  compañero, es hermosa y sabe conquistarse al público con la  misma ingenua coquetería que Susana Grandais[8]."
            El señor Vallade, al constatar los progresos hechos por la "troupe" invirtió “quince mil pesos” en imprimir  la película. Del estreno de esta obra nada se  sabe,  aunque  en la crónica de Urzúa Rozas ya citada, señala que :
"Ahora el señor Feidieu, teme el prejuicio de nuestro público y duda entre si darla  “como  europea”  o como  chilena."

            Hasta hoy no se han podido encontrar datos sobre un posible estreno.  El señor Vallade asegura haber enviado los negativos a una casa en Francia para obtener 60 copias y difundirlas.  Así mismo habría enviado otros negativos a la Gaumont y a Monatfilm,  sin que se conozca, hasta  ahora, su paradero.
            Ese mismo año, se comenzó a rodar  otro filme, "El Boleto de Lotería" o "El Boleto Nº1313" donde actuaban Alberto Díaz Hidalgo, quién mas tarde sería popularmente conocido como el Tony Chalupa, y  René Blas, seudónimo que utilizó Jorge Délano, "Coke", autor también del argumento, en su primera incursión cinematográfica. Además la revista "Zig-Zag" consigna  también la participación de un Sr. Hernández. Desafortunadamente, una  tragedia en la familia del comerciante galo, la muerte de su hijo en el frente de batalla en la guerra de 1914, trastornó al incipiente productor quién detuvo el rodaje, "remató los estudios y la película fue vendida al peso a un  fabricante de peinetas de celuloide"[9].
            De esta manera se puso fin de manera desafortunada, a una tentativa de desarrollo y continuidad del cine nacional, sobretodo en lo que se refiere al cine argumental. En el terreno del documental, las experiencias  continuaron,  pero habrá que esperar hasta 1916 para que se realice nuevamente un  intento  exitoso de película argumental, "La Baraja de la Muerte" dirigida por Salvador Giambastiani, técnico italiano llegado a Chile en 1915. 
            Es sólo a partir de 1917, año en que se realizan tres films[10], que comenzará verdaderamente una producción a un ritmo mas o menos  sostenido.
            Este impulso dará origen a una época dorada del cine chileno, la era del cine mudo.

*  *  *
Juan Carlos García Araya
Londres, 21 de Abril de 2010


[1] Gérard Betton "Histoire du Cinéma" Presses Universitaires de France. Paris. 1984 Pág. 7.
[2] Fecundo y activo autor y actor dramático. Dentista y profesor en el Conservatorio Nacional de Música en la rama de Declamación.  En 1885 estrenó "Alberto, el Poeta". Más tarde las zarzuelas "En busca de Pepa", "Artista de Corazón", "La sobrina del Cura" ,"Los emigrantes" la opereta "Pescadores en Tierra" así como numerosos otros títulos. Publicó "El arte de la declamación" y "Tratado completo del buen decir" en 1908.En novelas escribió "La Hija Ciega", "Las aventuras de un chileno en Lima" y "Plamazos". Socio fundador de la Sociedad de Autores Teatrales de Chile. En 1925 actuó en el filme "Pueblo Chico, Infierno Grande" de y con  Nicanor de la Sotta y en 1934, en "Norte y Sur" de Jorge Délano "Coke", con Alejandro Flores e Hilda Sour.
[3] "Cine-Gaceta" 1ª Quincena de octubre 1915.
[4] "El Ferrocarril" 10 de septiembre de 1910.
[5] "El Mercurio" 10 de septiembre de 1910.
[6] "Zig-Zag" Nº 513 19 de diciembre de 1914.
[7] "Cine Gaceta" Nº 2, 2ª Quincena de noviembre de 1915.
[8] Actriz francesa (1893-1920) llamada la "Mary Pickford francesa"
[9] Jorge Délano, Coke "Yo soy tú",  Editorial Zig-Zag Santiago 1956, Pág. 145.
[10] "La Agonía de Arauco" de Gabriela von Bussenius, "El Hombre de Acero" de realización colectiva y "Alma Chilena" del actor argentino Arturo Mario.

 

lunes, 19 de abril de 2010

ELMO CATALAN, EL GUERRILLERO ARIQUEÑO (Artículo)




La controvertida muerte del “Che” Guevara acaecida el 8 de Octubre de 1967 en la localidad de La Higuera, Bolivia, produjo un inmenso impacto en todo el mundo, y en lugar de poner punto final a su trayectoria de líder de la revolución mundial, lo convirtió, por el contrario, en una figura popular y mítica en toda América Latina y en el orbe entero.
Su retrato dio la vuelta al mundo, sus postulados, su ejemplo y consecuencia fueron las cualidades que la juventud de todos los rincones del planeta recogió e hizo suyas.
En esos años, fines de los sesenta, vieron aparecer diversos movimientos, Mayo 68 en Francia, reforma universitaria en Chile, por ejemplo, que colocaron a la juventud como protagonista de un proceso de cambios en la sociedad. En Chile, esta actitud se reflejaba en todos los ámbitos, incluso en el musical con la aparición de nuevas tendencias como la Canción de Protesta, la Nueva Canción o simplemente temas populares como “La Juventud” interpretada por el grupo uruguayo Los Iracundos en que se pregonaba “Salvaremos nuestro mundo / que girando mal da vueltas /.../ Natural es que luchemos / por un mundo mejor / con la fuerza que nos da / la juventud.” Un buena parte de los jóvenes quiso que “estas esperanzas de jóvenes” fueran más que un sueño, e influenciados por los triunfos en Cuba, Argelia y la lucha en Vietnam, formaron diversas agrupaciones políticas del tipo revolucionario en todas partes del mundo. Era una época donde se iban a definir muchas cosas y cada uno tomaba partido. Muchos pensaban que era hora de conquistar el poder y veían con admiración los intentos guerrilleros del “Ché” y de otros combatientes. Así, dejando de lado la parte romántica de este compromiso, jóvenes chilenos y latinoamericanos siguieron su senda y empuñaron las armas tratando de construir una sociedad mejor, una sociedad socialista con un hombre nuevo
A la muerte de Ernesto Guevara, en Chile ya existían varias agrupaciones revolucionarias que seguían los principios del “guerrillero heroico”: “Crear dos, tres, muchos Vietnam”, entre ellas estaba el MIR, Movimiento de Izquierda Revolucionaria que se había creado en Agosto de 1965, uno de sus militantes, Rigoberto Zamora Sasso, cayó muerto en Cochabamba en Agosto de 1969. En el Partido Socialista chileno se había formado una tendencia, el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que postulaba los principios  del “Che”. De estas organizaciones surgen varios militantes que tomaron el camino trazado por el guerrillero argentino-cubano en Bolivia. Entre ellos figuran Julio E. Zambrano Acuña (“Eugenio”), Hernán Ampuero (“Pedro”), Tirso Montiel Martínez, un ex-oficial de Carabineros (“Pablo”) y el ariqueño Elmo José Catalán Avilés, todos ellos militantes del ELN chileno

Su juventud



Elmo Catalán Avilés nació en Arica hacia 1932. Efectuó la enseñanza primaria en las Preparatorias (hoy Enseñanza Básica) del Liceo Coeducacional que funcionaba en la calle Sotomayor esquina Patricio Lynch y cuyo edificio cayó bajo los efectos del temblor del 23 de Junio del 2001. Cursó sus Humanidades (la actual Enseñanza Media) en el mismo establecimiento educacional. Obtuvo su Bachillerato para ingresar posteriormente a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile que hacía poco tiempo había iniciado la formación universitaria de los futuros periodistas. Durante sus estudios, se destacó por sus escritos en los que cuestionaba la prensa masiva como modelo comunicativo.
El joven Catalán se graduó en 1956 con excelentes calificaciones y en mérito a esos resultados ganó una beca para recorrer Europa[1], así como gran parte de América Latina. Su Memoria de Prueba, “La Propaganda, instrumento de presión política” refleja cabalmente su posición revolucionaria como hombre y periodista comprometido. Se trata de una denuncia y descarnado análisis de las estructuras de poder en la prensa chilena. En 1970 su trabajo fue publicado por Ediciones El Umbral.
“El Perno”, como lo bautizaron sus compañeros por su abundante cabellera siempre bien peinada, fue igualmente profesor de Periodismo Interpretativo en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile a los pocos años de su egreso[2].

El periodista comprometido


Políticamente, Elmo se inició en las filas de las Juventudes Comunistas, pero muy pronto las abandonó para incorporarse al Partido Socialista que estaba más cercano de sus ideales.En su desempeño profesional, trabajó como reportero en Radio Minería y Radio Balmaceda. También se desempeñó como documentado analista económico de Ultima Hora, colaborador de Vistazo, corresponsal de la agencia noticiosa Prensa Latina y como cronista en El Siglo. Fue precisamente en los talleres gráficos donde se imprimía este cotidiano comunista, la Imprenta Horizonte en calle Lira Nº 363 en Santiago, que Catalán junto a otros trabajadores, fue detenido por la policía política apoyada por efectivos del Ejército en la madrugada del 3 Abril de 1957. En el transcurso de una ola de manifestaciones se produjeron en la capital a consecuencia del alza de las tarifas de la locomoción colectiva. Durante las protestas varias personas resultaron muertas, entre ellas un obrero y una joven estudiante universitaria, además decenas de heridos graves.
La Imprenta Horizonte fue saqueada y destruida, abriéndose posteriormente un sumario contra los jefes policiales y militares que participaron en el operativo.
El joven reportero ariqueño y otros quince detenidos por las mismas razones, fueron conducidos a Arica el 6 de Abril en un avión de la FACH custodiados por cinco funcionarios de la policía civil[3]. Iban en calidad de relegados por orden del presidente de la República, el General Carlos Ibáñez del Campo, a localidades del interior de la zona norte. Elmo y otros cuatro de sus camaradas fueron conducidos a Belén, los restantes fueron repartidos entre los pueblos de Codpa y Putre. Sin embargo, poco tiempo estuvieron en la precordillera, ya que el 15 del mismo mes fueron trasladados a Santiago y de ahí enviados a Curepto a cumplir la pena de relegación impuesta por el gobierno.
Un par de meses después, ya la normalidad restablecida, Elmo regresa a su ciudad natal y dicta una conferencia explicando los sucesos de Abril, de los cuales fue testigo y protagonista. También abordó también el asunto del Puerto Libre de Arica que estaba en plena actualidad y discusión[4].
Continuó su carrera periodística ejerciendo en los medios de comunicación anotados anteriormente, pero sin dejar de lado su fuerte compromiso político. De esta manera participó activamente en las campañas electorales del FRAP, que agrupaba las fuerzas políticas de la izquierda chilena. En la de 1958 fue Jefe de Prensa de la candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República. Al mismo tiempo se dedicó a actividades de tipo gremial asesorando a la Confederación de Trabajadores del Cobre[5] de la cual también dirigió su publicación, “El Cobre”.
Conjuntamente con la política, su interés se centraba también en los aspectos económicos de nuestro país, así junto al economista Mario Vera publicó “La Encrucijada del Cobre”, siendo también autor de numerosos ensayos en torno a nuestra minería.
En 1967 siendo el secretario privado del senador y secretario general del P.S. Carlos Altamirano, tuvo la ocasión de reunirse con dos mensajeros del ELN boliviano que buscaban ayuda para rescatar a tres combatientes cubanos que sobrevivieron a la emboscada del 8 de Octubre de 1967 en la Quebrada del Yuro. Gracias a las gestiones realizadas por Salvador Allende, presidente del Senado en esos años, el día 16 se logró rescatar a los fugitivos y facilitarles el regreso a Cuba. Este contacto con guerrilleros sería primordial para la decisión que tomaría Elmo en poco tiempo más.

El guerrillero

Repentinamente, a mediados de 1969, Elmo Catalán, dejó de lado su máquina de escribir y su grabadora. A su familia le comunicó que se iba a Francia a especializarse en su profesión, pero en realidad el viaje sólo llegó hasta Buenos Aires. De ahí se supone que, junto a otros voluntarios, viajó a Cuba y luego a Bolivia para integrarse a Ejército de Liberación Nacional del cual Guido “Inti” Peredo Leigue había asumido el relevo encontrándose bastante debilitado por la muerte del “Che” y sus compañeros. A partir de ese momento Elmo se transformó en “Ricardo”, un combatiente clandestino más.
Todo había comenzado con la visita a Chile de Jaime Barrios Meza a fines de 1966 con una misión confidencial del “Che”. Jaime Barrios[6], economista chileno, estuvo muy cerca del líder revolu-cionario argentino-cubano ya que fue uno de sus asesores cuando éste fue presidente del Banco Nacional y luego Ministro de Industrias de Cuba.
En Santiago, Barrios se reunió con grupos de militantes miristas, comunistas y socialistas para invitarlos a participar en el proyecto de lucha armada que abarcaría la zona andina del cono sur del continente americano. Pero no encontró mucho eco, por distintas razones, y sólo un grupo de militantes socialistas inició la tarea de organizarse como la sección chilena del ELN[7], siendo Elmo Catalán Avilés uno de sus integrantes.
Una vez en actividad en Bolivia, integrando el Estado Mayor del ELN, los azares de la vida ilegal llevaron a Catalán a frotarse varias veces con la muerte. En una ocasión queriendo acompañar a “Inti” en una misión, éste se lo prohibió. Ese mismo día, el líder boliviano cayó ultimado por las fuerzas de seguridad bolivianas junto al grupo que lo acompañaba. Algunos amigos de Elmo decían que siempre lamentó el hecho de no haberse encontrado ahí.
El compromiso político de Catalán, su entrega a la organización y su capacidad política eran a tal punto intensas que, luego de la muerte de “Inti” el 9 de Septiembre de 1969, su nombre se vislumbró como candidato a la dirección del movimiento clandestino, pero diversas apreciaciones, entre ellas su nacionalidad, hicieron que “Chato” Peredo, hermano menor de “Inti”, fuera finalmente elegido.
En Abril de 1970, después de más de un año de silencio, Elmo dirige una carta “a mi madre, hijos, hermanos, tíos y demás familiares” donde les comunica que está en Bolivia y les explica las profundas razones de su compromiso ideológico, de la decisión adoptada y de su firme convicción que la revolución chilena pasa por el triunfo sobre el imperialismo norteamericano en Bolivia. “No somos buscadores de gloria. Simplemente combatimos para destruir esta sociedad corrompida y opresora y para construir un mundo nuevo, sin explotadores ni explotados. Un mundo donde no existan injusticias ni humillaciones, donde todos tengan iguales oportunidades, donde el hombre, como dice Che, no sea lobo del hombre.” Al despedirse utiliza su nombre de guerra, “Ricardo” “porque el antiguo también quedó sepultado en el pasado”. En la posdata agrega “Hay algo más- y bastante grande- que me une profundamente a esta tierra. Amo a una combatiente del ELN  y tendré un hijo boliviano. Soy feliz[8].”

Su extraña muerte

De la actividad de Elmo en las filas del ELN en Bolivia se sabe muy poco, escasamente se conoció su nombre de guerra, “Ricardo”. Dos periodistas bolivianos, Adolfo Mier Rivas y Juan Carlos Gumucio efectuaron una acuciosa investigación sobre los últimos días de vida del revolucionario chileno[9]. Los párrafos que van a continuación están basados en gran parte en ese trabajo.
El día 12 de Junio de 1970, tres cazadores que buscaban algunas presas en el cerro San Pedro, a unos 8 kilómetros de Cochabamba, encontraron en el túnel El Abra que une el Río Rocha a la laguna Alalay, el cadáver de un hombre envuelto en frazadas atadas con cuerdas de nylon. Inmediatamente dieron cuenta a la DIC (Dirección de Investigación Criminal), la policía política local.
Los funcionarios policiales trasladaron el cuerpo de un hombre alto y delgado, cuyas facciones eran irreconocibles porque estaban cubiertas de sangre coagulada, al Hospital Viedma y retornaron al sitio del hallazgo para efectuar una inspección más detallada. En el recorrido efectuado por los detectives encontraron restos de rudimentarias antorchas que les hizo suponer que el o los autores del homicidio habían entrado más al interior del túnel. Los funcionarios siguieron la pista y a poco andar se encontraron con una sorpresa, un segundo “bulto” idéntico al anterior, pero esta vez el cadáver correspondía al de una mujer joven.
Mientras todo esto ocurría, el prefecto de Cochabamba Mayor Abel Martínez, recibía la visita de Adolfo Tezanos Pinto, Secretario Ejecutivo de la FUL-Federación Universitaria Local- que le denunció el desaparecimiento desde hacía cinco días de Genny Köller, alumna del cuarto año de Arquitectura y dirigente estudiantil de su facultad. La autoridad le manifestó que nada sabía del asunto, y así era  efectivamente, ya que sólo vino a enterarse al anochecer cuando fue puesto al corriente por el propio jefe de la DIC.
Al mismo tiempo, un corto comunicado llegaba a las redacciones de los diarios y emisoras firmado con las siglas del ELN en que esta organización denunciaba a la opinión pública la desaparición de dos de sus militantes activos, GENNY KÖLLER y Elmo Catalán Avilés. La nota también señalaba que ambos habrían sido secuestrados por organismos de seguridad del gobierno apoyados por agentes de la CIA y exigía que el asunto se investigara y se aclarara.
Y así comenzó la enredada trama. Diversas versiones, del propio ELN y autoridades policiales, no logran aclarar el porqué y por quienes fue asesinada la pareja. Las dudas se acentuaron con un segundo comunicado del ELN en el que señaló que ambos combatientes habían sido asesinados por uno de sus militantes, pero más tarde la organización nuevamente responsabilizó a la CIA y al gobierno boliviano.
Un mes después, en Julio de 1970, guerrilleros bolivianos llegados a Arica traían otra versión de los hechos relatando que Elmo estaba encargado de resolver los asuntos relacionales al interior del grupo clandestino. Aníbal Crespo, un integrante bastante conflictivo, habría reaccionado violentamente a una sanción disciplinaria y habría dado muerte a Elmo y a su compañera, lo que estaría corroborado por el segundo parte del ELN. Lo curioso del asunto es que según este mismo parte del ELN, Elmo habría recibido tres balazos que la autopsia no había constatado. Por otro lado, diarios chilenos aseguraban que los dos militantes habrían fallecido a causa de las torturas a las que fueron sometidos. ¿Quién decía la verdad?
Los sucesos siguieron desarrollándose, al día siguiente se hizo pública la información del hallazgo y gracias a algunos periodistas se pudo identificar los dos cuerpos: ya no cabían dudas, se trataba de Genny Köller y de Elmo Catalán. El informe médico de la autopsia reveló que la joven había fallecido tres o cuatro días antes (8 o 9 de Junio), que tenía dos meses de embarazo, que había sido salvajemente torturada y violada y que su muerte se habría producido por una hemorragia interna ocasionada por un fuerte golpe en la base del cráneo. De Elmo sólo decía que había fallecido de causas indeterminadas, aunque existen fuertes presunciones que su deceso tendría como causa la aplicación de co-rriente eléctrica, método habitual utilizado por los agentes de CIA para “liquidar” revolucionarios en Bolivia, según lo denunció más tarde Antonio Arguedas, ex-ministro del gobierno de la época. Sin embargo, estudiantes universitarios hicieron sus propios análisis, cuyos resultados aún guardan celosamente.
Los cuerpos de la pareja fueron velados en la Universidad Mayor de San Simón y el lunes siguiente en la mañana fueron trasladados al Cementerio General, acompañados de una inmensa multitud.
Mas tarde se reveló que Genny y Elmo, quien ya tenía tres matrimonios anteriores, habían contraído nupcias revolucionarias. Para los familiares de ambos, fue toda una sorpresa al  enterarse de este compromiso, a través de la misiva anteriormente mencionada.
Genny tenía sólo 22 años al momento de su muerte, nacida en Cochabamba había ingresado a la Universidad de San Simón a estudiar Arquitectura. Fue dirigente activa de la Federación Universitaria de Cochabamba y Presidenta del Comité Promotor de la Mujer, organización que ella misma fundara. Su nombre de guerra al interior del ELN, era “Victoria”.
El asesinato de los dos miembros del ELN desató violentas manifestaciones de parte de los estudiantes en La Paz, Potosí, Santa Cruz, Cochabamba y Sucre, en las que el Ejército boliviano intervino dejando 5 muertos y más de 40 heridos.
En Chile los sectores periodísticos y la juventud también reaccionaron airadamernte. Los estudiantes de la Escuela de Periodismo salieron a las calles el 15 de Junio para protestar por la muerte de su colega y el 19 fue el turno de los alumnos del Instituto Pedagógico.
Entretanto, el Cónsul Adjunto de Chile Manuel Gallardo, el presidente del Colegio de Periodista de Chile Alfredo Olivares Román y un hermano de Elmo, Gustavo Catalán Avilés acompañado de un primo, habían llegado a la ciudad boliviana de Cochabamba para efectuar indagaciones sobre el deceso del periodista chileno y, en lo posible, trasladar el cuerpo a su ciudad natal, Arica.
Las gestiones fracasaron, recibiendo los emisarios un tajante “No” de parte de las autoridades altiplánicas. Los cuerpos de Elmo y su esposa, Genny quedaron sepultados en dos humildes tumbas en el cementerio de Cochabamba que, de vez en cuando, son adornadas con flores que depositan algunos amigos y estudiantes.
Numerosos homenajes se le rindieron al revolucionario chileno en nuestro país, un campamento de pobladores de Santiago fue bautizado con su nombre, el Partido Socialista hizo lo mismo con las agrupaciones de sus juventudes encargadas de la propaganda creando las “Brigadas Elmo Catalán”, las BEC, que durante el gobierno de la UP ilustró las paredes de Chile con consignas y murales y cuyos militantes fueron duramente torturados por la dictadura militar después del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Elmo Catalán tenía 38 años al momento de su muerte, la que conmovió fuertemente al medio periodístico nacional y en los distintos homenajes que se le rindieron se emitieron muchos conceptos para retratarlo, pero sin duda que el más acertado lo definía como “... uno de los más caballerosos adversarios políticos y leal compañero de rutas para quienes estuvieron en su senda.[10]
Juan C.García Araya
18 de Abril de 2010
*  *  *








































[1] La Gaceta de Arica 30 de Enero de 1957.
[2] La Gaceta de Arica 30 de Enero de 1957.
[3] La Gaceta de Arica 4 de Abril de 1957.
[4] La Gaceta de Arica 16 de Junio de 1957.
[5] Ercilla Nº 1827 24 al 30 de Junio de 1970 pág. 31.
[6] Jaime Barrios, gerente general del Banco Central de Chile en el gobierno del Presidente Allende, fue tomado prisionero en La Moneda el 11 de septiembre de 1973 y hoy se encuentra desaparecido.
[7] Punto Final Nº 394 16 al 29 de mayo de 1997 pág.17.
[8] Punto Final  Nº 109 21 de Julio de 1970  pág. 2.
[9] Ercilla Nº1829 8 al 14 de Julio de 1970 pág.19
[10] La Nación 17 de Junio de 1970 pág. 6 

miércoles, 14 de abril de 2010

ACERCA DE TRES OBRAS DE GEORGE ORWELL (Artículo)



Son escasos los buenos escritores que poseen obras tan claramente marcada por sus experiencias personales como es el caso de George Orwell (Eric Blair, 1903-1950), el escritor inglés. Sus principales títulos, “La Granja de los Animales” (1945) y “1984” (1949), están directamente inspiradas en su accionar tanto periodístico, social y como combatiente político.
El análisis de la realidad europea en las primeras décadas del siglo XX le reveló, como a muchos otros, la importancia estratégica de la Guerra en España: la primera batalla contra las pretensiones del Fascismo por dominar Europa y el mundo. Los principales países europeos, Inglaterra y Francia no lo entendieron o no quisieron comprenderlo de esa forma, escudándose bajo el Acuerdo de No Intervención. En vista de eso, Orwell no dudó en comprometerse personalmente en la defensa de la República española, directamente en los campos de batalla. El tiempo le dio razón, la bombas nazis no sólo cayeron sobre Guérnica sino también sobre Londres, y París fue ocupado en una Francia derrotada y humillada.

“HOMENAJE A CATALUÑA”

El intenso quehacer como luchador voluntario en la guerra civil de España, lo dejó plasmado en su libro “Homenaje a Cataluña” (1938) donde narra su participación como miliciano del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en el frente de Aragón y en las calles de Barcelona durante la España de 1937. Allí se dio cuenta que no era sólo la lucha contra el fascismo sino que también se estaba produciendo una revolución.
El literato inglés estuvo en los lugares donde el socialismo se llevaba a la práctica. Por un lado conoció la rudimentaria y primera experiencia de colectivismo quedando admirado por la igualdad y camaradería desplegada entre los combatientes en las trincheras. Por el otro, sufrió el sectarismo y la disposición de los partidos comunistas, especialmente el soviético, de impedir que esta experiencia se transformara en un movimiento revolucionario.
Orwell manifiesta en su severo testimonio, que la lucha, según el P.C.E. (Partido Comunista de España) era sólo contra Franco y el fascismo, para restablecer la República democrática pero no para llevar a cabo la Revolución. Esto a pesar de que en los primeros días de la beligerancia, las experiencias de poder popular y control obrero eran abundantes, positivas donde los milicianos habían enfrentado eficazmente a los nacionalistas. En los hechos era la guerra de la clase obrera.
Gradualmente, condicionado por el apoyo soviético, el gobierno republicano bajo el pretexto de concentrarse en la lucha contra Franco, fue intervenido por los comunistas y sus aliados. Estos rápidamente tomaron el control a fuerza de represión y con una dura campaña de manipulación informativa y desprestigio a través de su prensa en contra de los anarquistas, el trostkismo, del P.O.U.M y contra toda manifestación revolucionaria. También, el P.C.E. reorganizó la Guardia Civil “apolítica”, neutral y constituyó el Ejército Popular que utilizó en esta represión. Decretó además, la disolución de las milicias populares y requisó su armamento.
Orwell fue testigo de toda esta situación, escribió y contó rigurosamente lo que vivió en el frente de Aragón y en las barricadas de Barcelona en las jornadas de Mayo de 1937. En las trincheras sufrió la privación dramática de pertrechos y de armas. En Barcelona vivió los enfrentamientos entre los milicianos y los estalinistas por el control de la ciudad. Finalmente el P.O.U.M. fue declarado fuera de la ley, sus miembros y dirigentes fueron perseguidos y encarcelados por lo que Orwell y su esposa debieron dejar el país.
A pesar de todo Orwell siempre se manifestó como marxista, pero partidario de un socialismo democrático. Luego de su experiencia en España, Orwell se trasformó en ferviente antiestalinista y luchador contra de todo tipo de totalitarismos lo que plasmó en sus dos principales obras ya mencionadas al inicio de esta nota, “La Granja de los Animales” y “1984”.

“LA GRANJA DE LOS ANIMALES o REBELIÓN EN LA GRANJA” 

Fruto de esa amarga, pero a la vez rica experiencia, George Orwell escribió “La Granja de los Animales” (Animal Farm) que él mismo confidenció en una carta que lo hizo “contra Stalin”, aunque con el tiempo la obra sobrepasó ese objetivo.
Esta ficción satírica fue publicada en 1945 y no sólo representa una alegoría de las sociedades totalitarias de la época, el estalinismo y el nazismo, sino también del capitalismo actual donde prima la corrupción del poder, la maldad, la indeferencia, la ignorancia, la avaricia y la destrucción de cualquier posibilidad de utopía.
Como lo hemos visto anteriormente, Orwell aprendió de la lección española hasta qué extremos se puede llegar cuando se tiene el poder.
Sin embargo, no critica la Revolución en sí misma sino más bien las desviaciones que se producen con ella. La corrupción de sus líderes, la ausencia de verdadera democracia y la indiferencia frente a los horrores cometidos por los dirigentes.
En Noviembre de 2002 el escritor norteamericano John Reed (ninguna relación con el autor de “Diez días que estremecieron al mundo”) publicó “La oportunidad de Snowball” (Snowball’s Chance) como una respuesta a la obra de Orwell. El autor declaró: “Mi intención fue aplastar a Orwell, hice lo mejor que pude para aniquilarlo”. La trama relata el retorno del cerdo Snowball a la granja, uno de los personajes de “La Granja de los Animales”, para instaurar el Capitalismo que resulta tener sus propios defectos.

“MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CUATRO”

En esta novela política de ficción distópica, George Orwell introduce el concepto del Gran Hermano (Big Brother), de una sociedad vigilada, controlada, totalitaria y represora, donde la Verdad es rescrita por el Poder cuanta veces le sea necesario. Publicada en 1949, muchos críticos la analizan como una alusión directa al régimen soviético y sus satélites. En el libro podemos encontrar numerosa s referencias a ese bloque. Recordemos solamente un caso, en las fotografías de la ex-U.R.S.S. (la ex - Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), los personeros del régimen que caían en desgracia, que no obedecían a la postura oficial, desaparecían, “evaporizados” de la historia.
De ahí nace el concepto de sociedad orwelliana que define una forma de sociedad. Este tipo de entidad estuvo en práctica abierta en la ex-R.D.A. (República Democrática Alemana). Pero aún siguen vigentes, aunque de manera más sutil. El Occidente y el capitalismo aprendió también su lección. Son las actuales, del neoliberalismo, donde la vigilancia del individuo es solapada, pero omnipresente. Esta se ejerce a través de un estado policial, con censuras y autocensura de los medios de comunicación, cámaras (“Sonría usted está siendo filmado”), números, fichas, prontuarios, registros, tarjetas y un sinnúmero de implementos electrónicos de control. Resultado: el ciudadano común perdió su libertad y ahora vivimos en una sociedad de esclavitud por el consumo.
Orwell transmite un fuerte pesimismo sobre el futuro de la sociedad en estas obras, donde denuncia abusos, deformaciones y corrupciones de los sistemas de poder. Sin embargo nos queda una leve esperanza en que el ser humano, dejando de lado en parte su egoísmo, reaccione y actúe frente a estos peligros y luche, a su nivel y posibilidades, por un futuro y una sociedad mejor, decididamente democrática. En un mundo cada vez más controlado y manipulado es lo que sin duda a George Orwell le habría agradado presenciar.

* * *
Juan Carlos García Araya
Londres, 21 de Marzo de 2010.