En 1910 el cine se había convertido en un espectáculo que llegaba a los rincones mas apartados del mundo, pero a partir de 1908 y hasta los inicios de la Primera Guerra Mundial este consistiría principalmente, según algunos historiadores, en "teatro filmado", "cuyo único mérito es de atraer la atención de los círculos literarios y aristocráticos sobre el cine[1]". Mientras que Georges Meliés, un ilusionista francés, incursionaba en otras vías inventando el Cine de diversión con sus variados trucos, el norteamericano David Wark Griffith, descubre nuevas posibilidades dramáticas, exclusivamente visuales, como el "primer plano" y su compatriota Edwin S. Porter, antiguo operador de Edison, explora las posibilidades del "corte" para pasar de una escena a otra, creando, además, el "montaje paralelo". La técnica va así desarrollándose en beneficio de un nuevo lenguaje: el lenguaje cinematográfico.
La primera película argumental chilena
A principios del siglo XX, en Chile el espectáculo cinematográfico era ya habitual para nuestros compatriotas. Las más importantes ciudades del país habían recibido, por lo menos una vez, la visita de este todavía novedoso invento. Incluso ya se había filmado escenas documentales de la vida corriente nacional siendo exhibidas con bastante éxito.
Esto entusiasmó a algunos pioneros de nuestro cine que pusieron manos a la obra. Entre ellos el empresario Efraín Band propietario de la Compañía Cinematográfica del Pacífico ubicada en Estado con Huérfanos donde poseía un taller de reparaciones de fonógrafos.
Hacia 1909 decide emprender el desafío de rodar la primera película argumental de la que se tenga conocimiento, "Manuel Rodríguez". Probablemente la idea de llevar a la pantalla grande las hazañas del guerrillero fue inspirada por los importantes preparativos de festejos del 1º Centenario de nuestra Independencia. Se anunciaban para aquella ocasión grandes manifestaciones y fiestas, por lo tanto aquella era una excelente oportunidad para estrenar el primer film argumental nacional, que además tocaba un tema patriótico. El privilegio de realizarla le correspondió a Adolfo Urzúa Rozas[2] (1864-1937), conocido poeta, profesor de declamación, dramaturgo, algo anarquista y veterano de la Guerra del Pacífico.
De la manera como se llevó a cabo esta producción, el propio Urzúa Rozas lo relató en un artículo de la revista "Cine-Gaceta", órgano de los cinematografistas chilenos de esa época:
"En 1909, el que escribe estas líneas fue contratado por la Compañía Cinematográfica del Pacífico con “mil pesos” mensuales para formar un cuadro de artistas, para imprimir films de argumentos tomados de nuestra Historia Nacional, y se imprimieron dos series de los episodios del célebre guerrillero de la Independencia Manuel Rodríguez. La Compañía poseía un laboratorio de primer orden y aunque los artistas solamente tuvieron tres meses de preparación; la prensa y la crítica no tuvieron sino palabras de alabanza para esta primera prueba, y aunque salió cara (como sucede siempre que se empieza) la película ya está vieja a fuerza de exhibirla y ha dado a sus dueños ”seis o siete veces el valor de lo que costó.[3]"
Una crónica del escritor, dramaturgo y futuro director del cine mudo nacional, Antonio Acevedo Hernández, publicada en la revista "Sucesos" del 7 de enero de 1926 nos informa que participaron en esta primera producción nacional el actor Nicanor de la Sotta, en el papel de Manuel Rodríguez, Francisco A. Ramírez, Filomena Flores y Carlos Prats.
El estreno
El estreno de esta obra precursora se efectuó en una función a la que fueron invitadas diversas personalidades del espectáculo y periodistas de la capital. "El Ferrocarril" del día 9 de septiembre de 1910 dio cuenta de esta invitación en su sección "Teatros":
Compañía Cinematográfica del Pacifico
Hemos recibido la siguiente invitación:
"Invito a Ud. a una exhibición que tendrá lugar hoi Viernes del presente a las 3 P.M. en el Teatro Variedades “Biógrafo Kinora” de la reconstitución histórica de los episodios de Manuel Rodríguez interpretada por el cuadro dramático nacional de esta Compañía."
A pesar de la importancia que adquiere hoy día dicho evento, en esos años no se le otorgó mas que los párrafos publicados ya señalados, contrastando con el gran despliegue publicitario que se efectuaba para las producciones foráneas. Sin embargo, "El Ferrocarril" en su edición del día siguiente, le da cierta trascendencia al hecho con las siguientes palabras:
Biógrafo Kinora
"Es sin duda, una de las vistas mas hermosas que se puede ofrecer al público, por ser, en primer lugar, patriótica, pues recuerda los hechos mas emocionantes de la vida ajitada del guerrillero Manuel Rodríguez; y en segundo lugar, por sus paisajes".
"La naturaleza privilejiada de este país ha sido reproducida en la forma más feliz en la mencionada vista."
"Con esta estensa película se estrena la ejecución de esta clase de trabajos en el pais.[4]”
Estos cortos y simples conceptos representan la primera crítica de un filme nacional. Tienen la tónica con que se comentaría, mas adelante, las otras producciones nacionales. Es decir, subrayando su carácter nacional y la reproducción, mas o menos bien lograda, de los paisajes de nuestro país. Nada se dice sobre los autores, los actores ni sobre la calidad de la obra. Importante frase la última que rescata la relevancia del estreno.
Un comentarista de "El Mercurio" escribía a este mismo propósito,
"Como primer ensayo de presentar en esa forma la historia es buena. Los paisajes han sido elegidos con cuidado y las escenas están representadas con corrección. Las mujeres que salen a besar la imagen que lleva el lego deberían tener indumentaria menos cuidada. Hay soldados que hacen disparos sin cargar sus rifles, que debemos suponer son de chispas. De todos modos la empresa acometida es digna de todo encomio.[5]"
Este filme se estrenó comercialmente el 10 de septiembre de 1910 en el Teatro Unión Central, ubicado en el actual paseo Bombero Ossa en Santiago, con el éxito ya consignado.
Otros intentos
A pesar del suceso encontrado por este filme, no hubo nuevos intentos de seguir el ejemplo del poeta Urzúa Rozas. Es sólo en 1914 que se produce el siguiente ensayo. Este fue llevado a cabo por el empresario francés Feidieu Vallade, un próspero comerciante en casimires. Vallade invirtió parte de sus ganancias en instalar los primeros estudios cinematográficos chilenos, "Estudios San Isidro" situados en la calle del mismo nombre de nuestra capital, creando además la compañía "Franco-Chilena Film".
La revista "Zig-Zag"[6] destaca este intento en una crónica,
"La fabricación de films nacionales.
"Con el desarrollo cada vez más creciente que ha tomado entre nosotros el cinematógrafo, ha surgido un problema de interés: la creación de la película nacional."
"Dos hombres empeñosos han tomado a su cargo la tarea de resolverlo y, dentro de poco, nos será dado presenciar en teatros de la capital, el desarrollo de cintas exclusivamente confeccionadas con elementos chilenos. Se debe esta novedad, que remueve un poco la inercia santiaguina, a Monsieur Victor Vallade, en el caracter de técnico, y al conocido profesor de declamación, don Adolfo Urzúa Rozas."
"La intentona no puede ser más simpática. Es innegable, sin embargo, que los iniciadores de este progreso artístico industrial tendrán que luchar contra todos los inconvenientes de una empresa, cuyos elementos entran a actuar por primera vez."
"El público no tiene idea del sinnúmero de dificultades que es preciso vencer para obtener una película de argumento preconcebido, no la vulgar película de simple información sobre un suceso de actualidad."
"Desde luego, el actor cinematográfico requiere de ciertas cualidades especiales, generalmente intuitivas, y así como no sería raro que, en el cuadro dirigido por el señor Urzúa Rozas, nos sorprendiera algún Max Linder chileno en el género cómico o algún otro en la actuación dramática."
"Sin duda alguna la empresa intentada por la Franco-Chilena Film Co. - que así se llama la nueva industria - es un progreso que debe aplaudirse."
En los estudios del señor Vallade, se comenzó a ensayar en 1914, un argumento de comedia cómica escrita por Adolfo Urzúa Rozas, que llevaba por título "El Violín de Inés" con participación de "jóvenes y señoritas" novatos en la actuación: Clemencia Venegas, en el rol de Inés y Alberto Díaz en el de Mimilo. Una nota de "Chileno" publicado en "Cine-Gaceta"[7] dice, a propósito de los protagonistas,
"Mimilo está destinado a ser el Max Linder Chileno, pues su gracia fluye con la misma naturalidad que la del rey de la risa. Inés no tiene menos vis cómica que su compañero, es hermosa y sabe conquistarse al público con la misma ingenua coquetería que Susana Grandais[8]."
El señor Vallade, al constatar los progresos hechos por la "troupe" invirtió “quince mil pesos” en imprimir la película. Del estreno de esta obra nada se sabe, aunque en la crónica de Urzúa Rozas ya citada, señala que :
"Ahora el señor Feidieu, teme el prejuicio de nuestro público y duda entre si darla “como europea” o como chilena."
Hasta hoy no se han podido encontrar datos sobre un posible estreno. El señor Vallade asegura haber enviado los negativos a una casa en Francia para obtener 60 copias y difundirlas. Así mismo habría enviado otros negativos a la Gaumont y a Monatfilm, sin que se conozca, hasta ahora, su paradero.
Ese mismo año, se comenzó a rodar otro filme, "El Boleto de Lotería" o "El Boleto Nº1313" donde actuaban Alberto Díaz Hidalgo, quién mas tarde sería popularmente conocido como el Tony Chalupa, y René Blas, seudónimo que utilizó Jorge Délano, "Coke", autor también del argumento, en su primera incursión cinematográfica. Además la revista "Zig-Zag" consigna también la participación de un Sr. Hernández. Desafortunadamente, una tragedia en la familia del comerciante galo, la muerte de su hijo en el frente de batalla en la guerra de 1914, trastornó al incipiente productor quién detuvo el rodaje, "remató los estudios y la película fue vendida al peso a un fabricante de peinetas de celuloide"[9].
De esta manera se puso fin de manera desafortunada, a una tentativa de desarrollo y continuidad del cine nacional, sobretodo en lo que se refiere al cine argumental. En el terreno del documental, las experiencias continuaron, pero habrá que esperar hasta 1916 para que se realice nuevamente un intento exitoso de película argumental, "La Baraja de la Muerte" dirigida por Salvador Giambastiani, técnico italiano llegado a Chile en 1915.
Es sólo a partir de 1917, año en que se realizan tres films[10], que comenzará verdaderamente una producción a un ritmo mas o menos sostenido.
Este impulso dará origen a una época dorada del cine chileno, la era del cine mudo.
* * *
Juan Carlos García Araya
Londres, 21 de Abril de 2010
[1] Gérard Betton "Histoire du Cinéma" Presses Universitaires de France. Paris. 1984 Pág. 7.
[2] Fecundo y activo autor y actor dramático. Dentista y profesor en el Conservatorio Nacional de Música en la rama de Declamación. En 1885 estrenó "Alberto, el Poeta". Más tarde las zarzuelas "En busca de Pepa", "Artista de Corazón", "La sobrina del Cura" ,"Los emigrantes" la opereta "Pescadores en Tierra" así como numerosos otros títulos. Publicó "El arte de la declamación" y "Tratado completo del buen decir" en 1908.En novelas escribió "La Hija Ciega", "Las aventuras de un chileno en Lima" y "Plamazos". Socio fundador de la Sociedad de Autores Teatrales de Chile. En 1925 actuó en el filme "Pueblo Chico, Infierno Grande" de y con Nicanor de la Sotta y en 1934, en "Norte y Sur" de Jorge Délano "Coke", con Alejandro Flores e Hilda Sour.
[3] "Cine-Gaceta" 1ª Quincena de octubre 1915.
[4] "El Ferrocarril" 10 de septiembre de 1910.
[5] "El Mercurio" 10 de septiembre de 1910.
[6] "Zig-Zag" Nº 513 19 de diciembre de 1914.
[7] "Cine Gaceta" Nº 2, 2ª Quincena de noviembre de 1915.
[8] Actriz francesa (1893-1920) llamada la "Mary Pickford francesa"
[9] Jorge Délano, Coke "Yo soy tú", Editorial Zig-Zag Santiago 1956, Pág. 145.
[10] "La Agonía de Arauco" de Gabriela von Bussenius, "El Hombre de Acero" de realización colectiva y "Alma Chilena" del actor argentino Arturo Mario.
Estimado seňor, busco un dato, quizá usted lo sepa. Cuando se estrenó en Chile la película Orwell 1984? El 85? o después. Sé que la dieron en el cine Normandí, las razones de la averiguación, son estrictamente literarias. Conocé usted detalles de cómo funcionaban los mecanismos de la censura en Chile respecto a las películas, quienes, y dónde decidían.
ResponderEliminarGracias