lunes, 12 de abril de 2010

LA POESIA INGLESA DE TRINCHERAS (Artículo)

Los conflictos bélicos, la guerras y las revoluciones, desde tiempos remotos han inspirado la creación de versos ensalzando la valentía, el patriotismo, el honor a través de relatos de proezas guerreras individuales o colectivas. De ahí la poesía épica con una amplia producción y la de guerra o bélica.
Sin embargo durante la Primera Guerra Mundial, en los parapetos llenos de barro y de mortandad, surgió una nueva variedad poética: la poesía de trincheras, por parte de poetas-soldados anglosajones, principalmente ingleses. Estas nuevas obras esta vez no buscaron enaltecer valores patrios tradicionales sino que se presentó, por el contrario, como una violenta y clara denuncia de los horrores y la futilidad de la guerra.

Wilfred Owen

Wilfred Owen es uno de los más famosos poetas de guerra inglés. Nació el 18 de marzo de 1893, en 1915 ingresó al ejército y fue destinado al frente en Francia. Allí experimentó en carne propia los espantos de esa carnicería organizada. Como consecuencia de traumas sufridos en combate es enviado a un hospital donde conoció a Siegfried Sassoon, otro vate en uniforme, quién lo animó en su trabajo. Es durante este período que Owen escribió sus mejores poemas: “Himno a la Juventud Condenada”, “Dulce et Decorum Est” y “La parábola del viejo y el joven”.
Su poesía se caracteriza por su cólera hacia la guerra, la crueldad y el desperdicio de vidas durante el conflicto bélico. Como él mismo señaló: “Mi tema es la Guerra, la Compasión de la Guerra”. Sus crudas líneas ilustran los sufrimientos, el ambiente y la relación del cuerpo humano con ese paisaje desgarrado por las bombas y regado de sangre inútilmente derramada. Utiliza un lenguaje directo, propio de una denuncia franca y sin tapujos. Estilo que fue criticado por algunos personajes ilustre de las letras anglosajonas como E. W. Yates quién sostenía que la poesía, en cualquier circunstancia debía ser metafórica.
Owen regresó al frente en Noviembre de 1918 y cayó en combate una semana antes de que la guerra finalizara.
“HIMNO A JUVENTUD LA JUVENTUD CONDENADA”, es sin duda el más conocido y popular poema escrito por Wilfred Owen. En el incorpora el tópico del horror de la guerra. En un lamento por los jóvenes soldados que perdieron innecesariamente sus vidas durante sangrientos combates que le tocó presenciar y sufrir personalmente durante este conflicto. Este soneto fue escrito entre septiembre y octubre de 1917 cuando Owen se encontraba en un hospital recuperándose de un shock nervioso. En su estadía en ese sanatorio conoció a Siegfried Sassoon a quién solicitó consejo para la escritura final de este poema.

ANTHEM FOR DOOMED YOUTH

What passing-bells for these who die as cattle?
Only the monstrous anger of the guns.
Only the stuttering rifles' rapid rattle
Can patter out their hasty orisons.
No mockeries now for them; no prayers nor bells;
Nor any voice of mourning save the choirs, –
The shrill, demented choirs of wailing shells;
And bugles calling for them from sad shires.
What candles may be held to speed them all?
Not in the hands of boys but in their eyes
Shall shine the holy glimmers of goodbyes.
The pallor of girls' brows shall be their pall;
Their flowers the tenderness of patient minds,
And each slow dusk a drawing-down of blinds.

HIMNO A LA JUVENTUD CONDENADA

¿Doblarán las campanas por aquellos que mueren como ganado?
Sólo la rabia monstruosa de los cañones
el rápido tartamudeo de los fusiles
pueden rezarles una breve plegaria.

Para ellos, no más ceremonias, oraciones ni campanas
ni voces de luto o salvas en coros,
Sólo el agudo, rabioso gemido de coros de obuses
y clarines llamándolos desde dolientes condados.

¿Qué candelabros pueden encenderse para ellos?
No en sus manos de niños sino en sus ojos
brillará la sagrada luz de los adioses.

La pálida mirada de las muchachas serán sus mortajas;
Sus ofrendas, la ternura de dolidos recuerdos
y cada lento atardecer se inclinará ante sus memorias.

(versión de J.C.G.A)

Siegfried Sassoon

Escritor y poeta inglés nacido en 1886. Desde antes del inicio de la guerra manifestó públicamente su oposición lo que no le impidió participar en ella llegando a ser condecorado por su valentía.
En el frente de batalla, Sassoon rápidamente se confrontó con las realidades de la guerra, lo que marcó un giro en su escritura. De la dulzura diletante de sus inicios, sus versos se tornaron cada vez más discordantes transmitiendo las aterradoras verdades de las trincheras hacia un público cortejado por la propaganda patriótica. Detalles como la muerte inútil, los cuerpos en descomposición, los miembros destrozados, la suciedad, la cobardía y el suicidio caracterizan su trabajo de ese período. Su poesía se tornó satírica, punzante y crítica en contra la guerra. Denunció abiertamente a las autoridades militares y políticas quienes, según su opinión, prolongaban inútilmente las hostilidades. A su juicio, la guerra de defensa se había transformado en guerra de conquista.
Una vez finalizada la beligerancia publicó los trabajos de Owen y otros poetas de trincheras. Más tarde, fue aclamado por su obra en prosa, sobre todo por tres volúmenes de su autobiografía novelada, conocidos colectivamente como la "Trilogía de Sherston".
“SUICIDIO EN LA TRINCHERAS” es su poema más conocido. Sassoon allí expresa su sentir sobre la guerra, que no es sólo cruel, sino que es sobretodo, un infierno que conduce al hombre al suicidio. Critica las muchedumbres inconcientes que piensan que es un juego divertido y que creen que no se muere. Pero hombres caen en los frentes de batalla y luego los cubre el polvo del olvido.

SUICIDE IN THE TRENCHES

I knew a simple soldier boy
Who grinned at life in empty joy,
Slept soundly through the lonesome dark,
And whistled early with the lark.

In winter trenches, cowed and glum,
With crumps and lice and lack of rum,
He put a bullet through his brain.
No one spoke of him again.

You smug-faced crowds with kindling eye
Who cheer when soldier lads march by,
Sneak home and pray you'll never know
The hell where youth and laughter go.

UN SUICIDIO EN LAS TRINCHERAS

Conocí a un simple niño soldado
que sonreía a la vida pleno de agrado,
dormía profundamente en solitaria oscuridad
y superaba alegre su ansiedad.

En heladas trincheras, miserables y horrorosas,
con piojos, escasos de ron, ruinosas,
se disparó una bala en la sien
y nadie mas habló de él.

Ustedes, complaciente multitud de ingenua mirada
que aclaman a los soldados en la parada,
guarden hogar y rueguen para que nunca sepan
el infierno donde la juventud y las risas van.
(versión de J.C.G.A)

“En los campos de Flandes”

Sin embargo uno de los poemas más conocidos en el mundo anglosajón es “EN LOS CAMPOS DE FLANDES”. Este memorable poema de trincheras lo escribió el Doctor John McCrae (1872-1918), Teniente Coronel del Ejército canadiense. Es el legado de la terrible y sangrienta batalla de Ypres acaecida en la primavera de 1915. Con el transcurso del tiempo, esta poesía se convirtió en el emblema de los caídos. Durante las ceremonias de conmemoración del Armisticio (Remembrance Day), las ofrendas de amapolas simbolizan y homenajean a los caídos en todas las guerras.

IN FLANDERS FIELDS

In Flanders Fields the poppies blow
Between the crosses row on row,

That mark our place; and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below.


We are the Dead. Short days ago

We lived, felt dawn, saw sunset glow,

Loved and were loved, and now we lie
In Flanders fields.

Take up our quarrel with the foe:

To you from failing hands we throw

The torch; be yours to hold it high.
If ye break faith with us who die
We shall not sleep, though poppies grow

In Flanders fields.


EN LOS CAMPOS DE FLANDES


En los campos de Flandes las amapolas se mecen

entre interminables filas de cruces,

marcan nuestro lugar; y en el cielo
las alondras
todavía vuelan y cantan
sobre el ruido de los cañones.

Somos la Muerte, hasta ayer vivíamos,
contemplábamos alba y ocaso,

amamos y fuimos amados, y ahora yacemos

en los campos de Flandes.


Rescaten nuestro lema con fe,

tomen en sus manos la antorcha
levántela y háganla suya.
Si pierden la confianza, los que morimos

nunca descansaremos en paz,

aunque las amapolas crezcan
en los campos de Flandes.
(versión de J.C.G.A)
* * *

El legado

En el Reino Unido existen varias asociaciones que rememoran la vida y el trabajo de aquellos poetas que cayeron en la guerra, como fue el caso de Wilfred Owen, Leslie Coulson, W.N. Hodgson, T. M. Kettle, Francis Ledwidge, E. A. Mackintosh, Alan Seeger y muchos otros. Regularmente organizan concursos y se editan libros acerca de sus poesías. Así mismo prestigiosas universidades británicas imparten cátedras que permiten mantener vigente el legado de estos escritores entre la juventud.
Al mismo tiempo se rescatan y se dan a conocer otras creaciones de pasados conflictos, como aquellas de la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam, algunas revoluciones, etc.
Por otro lado, los actuales conflictos en Irak y Afganistán y la fuerte oposición a ellos, han puesto en actualidad este particular género literario. Numerosos combatientes y también civiles han dado a luz pública numerosos testimonios poéticos acerca de sus experiencias en los frentes de batallas del siglo XXI.

* * *
Juan Carlos García Araya
Rapsodas Fundacionales
Londres, 1 de Marzo de 2010.

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